En
la metodología empleada para llevar a cabo este proyecto hemos tenido en cuenta
las características del adolescente, realizando para ello las correspondientes
adaptaciones en cada una de las actividades.
Asimismo, utilizaremos una metodología
basada en el modelo EMEREC, donde tanto docentes como alumnos son
emisores y receptores de la información, pues lo que pretendemos es que
los discentes sean los propios constructores de conocimiento, fomentando
de este modo el aprendizaje colaborativo, donde todos juegan papeles
esenciales, y dónde la implicación de uno, afectará a todos
los componentes del grupo cooperativo.
Dicho esto,
podemos definir aprendizaje colaborativo como aprender de otros y con otros
En esta línea, consideramos que es una metodología muy
apropiada para los tiempos que corren, pues debemos formar a alumnos
competentes y autónomos en la vida, insistiendo en el
desarrollo de la capacidad de aprender a aprender, tan importante para el
desenvolvimiento satisfactoria en la vida diaria.
Por su parte,
el profesor/a deberá de utilizar una metodología constructivista, donde se dé
el aprendizaje significativo y autodeterminación en la elección del método más
apropiado.
Nuestra
principal fuente de información se centrará en la observación directa de los
alumnos seleccionados para llevar a cabo las actividades propuestas,
ayudándonos de un registro anecdótico de todos aquellos aspectos relevantes
para nuestro proyecto.
Además, nos serviremos de la
entrevista, herramienta que pasaremos a nuestros sujetos antes del desarrollo
del proceso, y después de haber
finalizado la puesta en práctica del mismo, de modo que podremos
comprobar los avances que han experimentado y podremos concluir si son ciertas
las ideas que teníamos o no en relación a beneficio del aprendizaje
colaborativo mediante las TCIS para nuestros alumnos.
Por lo tanto se debe utilizar una
metodología práctica y activa donde el docente guie a los discentes a crear una
visión crítica y constructiva de esta práctica. También intentará llevar el
marco teórico a la práctica, manifestando estas conductas en la vida y anulando aquellas
indisciplinarías.
Con
todo esto, podemos afirmar que la actitud que adopte el profesor es vital a la
hora de dar respuesta a nuestras preguntas de investigación, para ello, se hace
necesario que reciba unas orientaciones
antes de comenzar con dicho proyecto.
Los
principios metodológicos que orientan las acciones serán las siguientes:
-
Tener en cuenta el nivel de desarrollo de los jóvenes. Partir de lo que ya
saben, de forma que puedan establecer un vínculo entre lo conocido y lo nuevo.
-
Procurar que los contenidos y actividades sean significativos para ellos. El
aprendizaje es mucho mejor cuando es significativo. El aprendizaje memorístico
es pronto olvidado.
-
Utilizar en la medida de lo posible una metodología activa.
-
Poner en práctica una metodología colaborativa en la que los alumnos realicen
las actividades por grupos y expuestas al resto de compañeros, con la finalidad
de que todos aprendan de todos colaborativamente.
-
Debemos respetar la autonomía del sujeto en la decisión de la actividad y en el
proceso de ejecución.
-
Hay que asegurar la incorporación de los intereses juveniles. Descubrirlos e
incorporarlos puede producir un aprendizaje “significativo” por su conexión con
la actividad intelectual de los sujetos, y su capacidad de comprensión de los
mismos.
-
Es necesario un modelo de programación abierto y flexible, sin que ello
signifique ausencia de planificación.
-
La programación constituye el resultado de su aplicación con el grupo en el que
estamos trabajando.
-
No evaluar con criterio meramente utilitaristas; la evaluación debe centrarse
sobre todo en el proceso mismo de la actividad y en el grado de satisfacción
que es capaz de producirlo.
-
Hacer compatible el aprendizaje individual y el compartido.
- Se pretende que el aprendizaje sea
significativo de manera que lo aprendan, y no se quede en una mera teoría, sino
que puedan llevarlo a la práctica.
-
Capacidad de improvisación momentánea de actividades alternativas a las que
proponemos inicialmente, ya que los adolescentes no siempre están receptivos.
-
Saber diferenciar entre las necesidades y carencias de cada niño. No se puede
pedir las mismas respuestas a todos.
-
Colectiva: cuanto se haga debe ser consensuado por el grupo y
apropiado para el mismo.
-
Adaptada: no puede hacerse cualquier cosa, sino lo que convenga.
-
Sistemática: no es buena la técnica de ir ensayando acá y allá; hay que seguir
constantemente unos principios de acción.
-
Descubridora: no son útiles las formas consabidas ni las rutinas. A
partir de los datos sobre los problemas presentes se emprenderán las acciones
correspondientes.
Teniendo
presente todo lo dicho, dejaremos que los alumnos construyan sus propios aprendizajes,
siendo en todo momento los principales y únicos protagonistas del proceso de
enseñanza aprendizaje.
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