Crook[1]
afirma, en relación al aprendizaje colaborativo, que éste se explica a partir
de la combinación de una serie de principios, como son:
v
El
principio de articulación: Según el cual, el valor educativo y cognitivo de
este conjunto de métodos de instrucción y entrenamiento -de aprendizaje, al
fin- son consecuencia de la necesidad que se les plantea a los alumnos, cuando
trabajan con otros compañeros para la consecución de un mismo fin, de
organizar, justificar y expresar sus ideas de forma que, al escucharles, sus
propios compañeros puedan comprenderlas sin excesivos esfuerzos.
v
El
principio del conflicto: Según el cual, el aprendizaje colaborativo es
extraordinariamente enriquecedor por la capacidad de éste para provocar la
discusión y el desacuerdo, lo que necesariamente implicará la ruptura de
esquemas cognitivos y sustitución de estos por otros totalmente diferentes o
parcialmente modificados, y estimulará sobremanera “los movimientos discursivos
de justificación y negociación”.
v
El
principio de co-construcción: Según el cual, el aprendizaje colaborativo implica
que se compartan objetivos cognitivos comunes, lo que, a su vez, conlleva la
búsqueda de unas mismas metas, también comunes, pero que se alcanzarán como
consecuencia de algo más (“elaboración, reformulación y construcción conjunta”)
que la simple yuxtaposición de la información que puedan aportar cada uno de
los componentes del grupo de trabajo.
Así pues, podemos afirmar que para que el
éxito del proceso de aprendizaje colaborativo sea una realidad, deben cumplirse
una serie de premisas, como son, siendo muy sintéticos:
§
La
capacidad para llegar al consenso a través de la cooperación entre los miembros
del grupo.
§
La
voluntad de hacer o, lo que es lo mismo, la actividad directa de cada miembro
del grupo.
§
El
desarrollo de un aprendizaje activo en una colectividad no competitiva, en el
cual todos los miembros del grupo colaboran en la construcción del conocimiento
y contribuyen al aprendizaje de todos.
§
La
existencia de un espacio común (físico o virtual) en el que todos los miembros
del grupo puedan compartir sus conocimientos individuales.
§
La
asunción de cada uno de los miembros del grupo de un rol a desempeñar para la
consecución de las metas colectivas.
Del mismo modo, para que el proceso de
aprendizaje colaborativo sea un éxito también será necesaria la incorporación
explícita de cinco elementos esenciales:
ü
La
noción de interdependencia positiva.
ü
La
conciencia de al responsabilidad individual y grupal.
ü
La
interacción estimuladora entre los miembros.
ü
La
evaluación grupal.
ü
La
enseñanza de prácticas interpersonales y grupales imprescindibles.
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